Su Ta Gar

SU TA GAR
Comienza la liturgia: un rif de guitarra doblada, una eléctrica sobre una acústica, el rif que pasa a modo motosierra durante unos instantes, entran el bajo y la batería… y ya no hay quien pare todo esto. Así comienza el décimo trabajo de estudio de Su Ta Gar; en los primeros 40 segundos de «Ez Etsi Orain» reside la esencia del grupo: guante de seda, puño de hierro; en el resto de la canción llegan los matices, los cambios de ritmo, una llamada a la lucha, a no rendirse, a defender los ideales, la amistad, el amor, la solidaridad… Son 25 años de celebración, un cuarto de siglo desde aquel primer concierto; son diez nuevas canciones en 40 minutos sin tregua. Su Ta Gar vuelve a optar por la independencia de la autoproducción, un camino abierto hace siete años, y se ponen, una vez más, en manos de Aitor Ariño, habitual confidente en Lorentzo Records de Berriz y responsable, en parte, de la contundencia sonora del cuarteto. La banda de Eibar traza, de nuevo, una secuencia con sello propio: del heavy más clásico de «Ez Etsi Orain», «Poema» o «Bihotzeko Su Gar Hau» a los ritmos desbocados y devastadores de «Txakurrak Solte» o «Bizirik Gaude», también presentes en la engañosa «Nazkatu Naiz», que simula ser una balada, fnalmente devorada por la rabia. En esta montaña rusa los rockeros toman aire en una balada; «Zure Argia» es, hasta su mitad, una delicia acústica, con Aitor llevando su voz al límite en el crescendo fnal para desembocar en «Zure Baitan”, una melodía con una intro muy original y un cierto perfl de hit radiofónico. Los textos de «Bizirik Gaude» beben de las fuentes habituales: Aitor Gorosabel frma la mayor parte, pero también hay espacio para los dos colaboradores literarios habituales, Borxa Arrillaga e Iker Rocandio. Hay canciones específcas sobre Euskal Herria o sobre el euskera, pero también se habla de la lucha en una clave más amplia: es la lucha por la vida, la lucha de los sentimientos, la mirada a la propia alma. La palabra “miedo” aparece a menudo, siempre para ser combatida; pero más allá de los gritos de ánimo aparece el agradecimiento, ya sea a los padres por la herencia recibida, al amigo por su entrega y apoyo, a la persona amada “por estar ahí a pesar de las discusiones” o incluso a la música, si leemos entre las líneas de «Zure Baitan». Su Ta Gar busca el equilibrio entre el combate y el abrazo, guante de seda en puño de hierro, con la voz de Aitor al límite, con sus guitarras y las de Xabi Bastida entrelazadas en una rivalidad incruenta, sobre la base rítmica de ese tren enloquecido y arrollador que forman el bajo de Igor Díez y la batería de Galder Arrillaga; además, todos hacen los coros al cantante, porque todos comparten la posición en batalla, el cuerpo a cuerpo. Y después de hablar de los malos tiempos y de la rebeldía, del idioma y el territorio, de la hoz y el martillo, de perros y franquistas de misa diaria, de amistad y abrazos, Su Ta Gar llega a la conclusión de que siguen vivos. 25 años no es nada, como diría el tango. Y por la convicción con la que el grupo se entrega en este nuevo disco, habrá que decir que nos esperan otros 25 años más. ¡Por lo menos!

texto: Joseba Martin La Jungla Sonora/Radio Euskadi